MANABI CUNA DE NOMBRES RAROS

Cuando uno se percata de un nombre raro, ya porque lo oye o ya porque lo lee, mecánicamente asume que la culpa del mismo tiene que ser, con una posibilidad de 99 a 1, obra de un padre o una familia oriundos de la provincia "manaba", en donde el Registro Civil o la pila del bautismo han sido cómplices de tan inverosímil nominación contra infantes sin capacidad de discernir y, por ende, sin la posibilidad de defenderse de algo que van a llevar consigo toda la vida.

CARACTERÍSTICA PROVINCIAL
Y es que en la tierra de los poetas Horacio Hidrovo y Vicente Amador Flor (autor éste de la letra del pasillo "Manabí", himno de tan hermosa patria chica) tiene esa característica que la diferencia del resto de las provincias ecuatorianas. Es decir, de la misma manera que los capitalinos se caracterizan por acuñar ocurrencias dignas de sonrisas y carcajadas gracias a la famosa "sal quiteña" y los guayacos aciertan como pedrada en ojo tuerto cada vez que le atizan un apodo, alias o sobrenombre a sus semejantes.

¿De dónde viene esa originalidad tan suigéneris de los manabitas que son capaces, con su idiosincracia irrepetible, de encontrar para sus vástagos los más extraños nombres con los que los inscriben oficial y religiosamente? ¿Y cómo es que los tales funcionarios públicos o los tonsurados Ministros del Señor no se han opuesto para que los originales padres se salgan con la suya?


HITTLER
Se imagina a Hitler con sus tres generaciones residiendo en Ecuador y dedicándose a la política, la mecánica y la animación de fiestas, o un lugar donde él como disc-jockey ponga a bailar a John Kennedy, Chaplin, Cristóbal Colón, Franklin Roosevelt, George Washington, Simón Bolívar, Juana del Arco, Gary Cooper, Blanca Nieves, Klifford o Ben Hur.

Si cree que esto es imposible, basta con visitar en Manabí, Chone, Convento y sus alrededores, para entender que ahí todo es posible.

“Tener personas con nombres raros es nuestro orgullo. Muy pocos se averguenzan de ello y hasta hoy conozco alguien que lo haya cambiado. Esa es nuestra identidad por ello muchos nos aferramos a mantener esa tradición, aunque la ley trate de impedirlo”, dice Hitler Fluver Corral Saldarreaga, chonero de 64 años, quien legó su nombre a tres de sus hijos, Hitler Leonardo (14), Hitler Stalin (10) y Hitler Humberto (26), quien a su vez bautizó a su primer hijo, Hitler Aníbal (5), que ya habla del historial del nombre.


LOCALISMO Y PATRIOTISMO
Comencemos con el primer botón de muestra, que es bastante significativo por supuesto, para ilustrar lo dicho. Una ciudadana mantense, que ya debe andar en su adultez, tuvo la desgracia de nacer en las épocas en que se estaban llevando a cabo los trabajos de construcción del puerto de aguas profundas de Manta. Y fue registrada y bautizada, entonces, con el original nombre de Obras Portuarias. ¿Patriotismo o modernidad?. Averígüelo Vargas.

Pero la capacidad de asombro queda corta siendo que ese caso no es la excepción que confirma la regla, sino que parece ser obra de la costumbre y la generalidad. Y a renglón seguido registramos al ciudadano, creo que ya desaparecido de este valle de lágrimas y nombres raros, que llevó hasta su óbito el "patriótico" e "histórico" nombre de Januvolmatón, que es nada más ni nada menos que un anagrama sacado del nombre del cosmopolita ambateño, don Juan Montalvo Fiallos, que a lo mejor se remece todavía en su tumba ante el tamaño uso dado a su identificación.

GRIEGOS Y ROMANOS
Y por supuesto también se hace ostentación de cierta admiración al gran pasado helénico de la humanidad (no precisamente a los consabidos "sapos de la Grecia") bautizando a tanto niño manabita con nombres de la gloriosa época de la tierra de Pericles. Y allí tenemos como prueba a los Sócrates, Aristóteles, Aquiles, Melquiades, Empédocles, Temístocles, Eurípides, entre otros, llegando incluso hasta las épocas del imperio romano lo cual permitió que al asambleísta de la AP que en meses recientes dio un manotazo en la mesa del Presidente de la Asamblea, su camarada "el Beti" Acosta, se lo bautizara con el latino nombre de Trajano, por muy manteño que haya sido. Y lo antecedió con parecida nominación latina el distinguido portovejense Cicerón Robles, a quien recordamos como ministro de estado, gobernador, legislador y presidente de la Casa de la Cultura manabita.

INSTITUCIONES PÚBLICAS
Así las cosas, se ha dado más de un Espiridión por dichas tierras que también fuera de los temidos "tauras". Y qué me dicen de la persona que llevó, no sabemos si con orgullo o a regañadientes, el sagrado nombre de "Semen de los Dioses". Como para mezclar lo pornográfico con lo solemne.

Y claro, no solo de cultura vive el hombre. De esta suerte también influyeron en las decisiones nominativas de los papacitos manabas los nombre de pastillas milagrosas (sobre todo para un tremendo chuchaqui) como Alka Seltzer. O el apego a instituciones estatales como Tribunal Supremo o de Garantías. Ojalá que ningún niño nacido en estas épocas tenga la mala suerte de ser bautizado con el "verde" nombre de Asamblea Nacional Constituyente. O, más sectariamente, como Alianza País.

NOMBRES DEL MONTÓN
No es raro encontrarse, ya en Chone, ya en Canuto o ya en Rocafuerte, con una dama de nombre Angustia. O un caballero que lleve el nombre automotor de Land Rover. Y alguna chiquilla se presente, sin rubor alguno, como Luzpertina. Y otra, tal vez hija de un poeta frustrado o una poetisa de firmes convicciones, revele que se llama Ocaso. Y alegando ascendencia francesa no falta quien lleve el nombre de Marsellesa, igual que el famoso himno de los galos.

¿Y qué me dicen del tan extraño nombre de don Sostenete Cadodá Mendieta?. O de la damita nocturnal que ostenta en su identificación lo de Cielo Estrellado? ¿O de doña Matilde Reparada... de qué? ¿Y don Cladovico Sisenato? ¿O don Gozoso García?. Interrogantes que también se prologan con la misma e inaudita sorpresa en los casos de don Anuncio Sampértigui, Judrico García, Cristódulo López. O de Altemiro, Filadelfo y Baldramina, cuyos apellidos omitimos... ¿por ignorancia o por pudor?